Foto: Eduardo Argote
Y que tendrá que ver Napoleón y su dormitorio con Rioja Alavesa, os pregunteréis?
Corría el año 1809 cuando Napoleón Bonaparte, ya en tiempos en los que iba perdiendo territorio en España, pasando por Haro en su viaje hacia Madrid, se negó a pernoctar en esta localidad y decidió  alojarse en Labastida.

 

El palacio de los Paternina, una mansión construída a mediados del siglo XVI, que sigue imponente ostentando sus blasones en la Calle Mayor de Labastida fue el lugar elegido para ello.

 

Este palacio era la casa mejor acondicionada para pasar la noche y era allí donde se celebraban durante el siglo XVIII y hasta principios del siglo XX, las recepciones a las que asistían las altas esferas de la sociedad de la época. Así que la decisión de Napoleón de quedarse allí, no fue en absoluto al azar.

Napoleón ocupó el «dormitorio rojo», llamado así por el color del damasco de seda que cubría las paredes de la habitación.
Foto: Eduardo Argote
Pasó las noches del 7 y 8 de Noviembre en una cama de estilo Luis XVI que aún es conservada.
Las dos familias que viven en la actualidad en este palacio pueden decir orgullosas, que duermen bajo el mismo techo en el que lo hizo uno de los más famosos personajes de la historia.
Pero el paso del emperador por esta noble villa no es más que un reflejo de la magnificencia de Labastida en el pasado.
Palacios y casas solariegas como el Palacio de Paternina subsisten a doquier, aún orgullosas, reflejándonos el esplendoroso y noble pasado de este villa.
Justo enfrente del lugar por donde dejó sus huellas el emperador francés , encontramos otro espectacular edificio, el palacio de los Garaizábal, con una portada magnífica y grandiosa que ostenta un hermoso blasón almohadillado perfectamente conservado.
Foto: Eduardo Argote
Blasones y escudos de armas se siguen uno tras otro a lo largo de bellos edificios por todo el eje de la Calle Mayor , Plaza de la Paz y Calle Frontín de Labastida. Edifcios como el espectacular edificio que alberga el Ayuntamiento, o como el Palacio de los Salazar y Quintano, donde se encuentra la Casa de Cultura y la Oficina de Turismo de Labastida, son claros ejemplos de los siglos dorados de este hermoso municipio .
No en vano, Labastida es la localidad más blasonada de toda la comarca de Rioja Alavesa.
Un paseo a lo largo de este eje, empezando desde el Arco de Larrazuría y terminando en la calle Frontín – donde podréis hacer alguna parada tomando un refrigerio en alguno de los numerosos bares que allí podemos encontrar- no os dejará indiferentes. Quizás habremos de forzar el cuello, porque será imposible no alzar la vista ante tantos imponentes edificios.Pero sin duda, habrá valido la pena.
Labastida goza de muchos más lugares fabulosos y deseosos de ser descubiertos. De espectaculares monumentos y edificios que delatan sus largos siglos de vida… pero esta es otra de las tantas  historias .. que contaremos en otro momento.
Para los que deseen descubrir anécdotas e historias como esta, os recomendamos la visita guiada al casco Histórico de Labastida que se ofrece a traves de su Oficina de Turismo.

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